Agave Tequilana Weber variedad azul es el único permitido para la elaboración del Tequila 100%.

Es una planta muy noble, a los 6 años de su madurez, se realiza un barbeo que consiste en hacer cortes horizontales en la parte superior de sus hojas para favorecer su maduración.

Una vez que el agave llega a su plena madurez (8-10 años) se lleva a cabo la jima, para utilizar el corazón del agave y comenzar la magia.

Las piñas se parten en dos, y se colocan una a una en lo que será una espera de aproximadamente 48 horas de cocción, a base de inyección de vapor. En esta etapa es donde los aromas dulces a Agave cocido, que nos indica que estamos listos para continuar.

Una vez que el agave está en su punto de cocción, dejamos que se enfríe y pasamos a la molienda, que es el proceso de triturado, para obtener esos jugos de agave de sabor dulce y color marrón que se convertirán en mosto.

El jugo de agave, da paso al proceso de fermentación a base de levaduras que convertían los azúcares en alcoholes… en este punto los aromas en esas tinas son diversos, a sidra, manzanas, frutas, canela, clavo…

El proceso de destilación se hace de manera lenta, pausada, dejando que cada paso tome su tiempo y lo hacemos en dos partes, una primera destilación donde el mosto destrozado pasa a los alambiques de cobre y donde obtenemos un producto que llamamos ordinario, para dar paso a la segunda etapa donde rectificamos, perfilamos y refinamos lo que finalmente será nuestro TEQUILA.

Nuestras barricas de roble americano reciben nuestro Tequila Blanco, donde esperaremos que tome su madurez para convertirse en un Tequila Reposado con un mínimo de 2 meses. Añejo al cumplir un mínimo de 12 meses y Extra Añejo al cumplir un mínimo de 3 años… En este tiempo cambia por completo su sabor, aroma y aspecto.